Son más de 25 años de la economía social y solidaria y algunas que hemos crecido con ella nos desesperamos en ocasiones por el pasar del tiempo y la dimensión del resultado. La innovación socio-económica es el camino que nos ha de permitir otras realidades y dimensiones, porque si bien hay que construir despacio y solido, hay quien no puede esperar mucho más. Estamos al servicio de la calle.
Llevamos más de 10 años trabajando duro por el cambio de la ecuación económica, forzándola a integrar valores sociales y ambientales desde su medición. Años de mucho trabajo en el desarrollo metodológico, en la regulación europea y en la formación de la medición de estos valores como económicos. Como innovación que es, cuesta introducirla y no resulta sencillo en ningún sector. Sin embargo la modificación de la ecuación facilita la mutación del sistema desde sus bases y convicciones más afianzadas. En el espacio micro cambia los criterios de gestión, de financiación, de producción y de venta y en el espacio macro ¿Qué resultado aportaría una balanza rural/urbana con los tres valores? ¿Cuál sería el PIB con todos ellos?¿Qué decisiones políticas serían las adecuadas para el mejor resultado de ese otro PIB? ¿Cómo se enfocaría el desarrollo económico?
Hoy hemos añadido un nuevo esfuerzo en este desarrollo y es la praxis. No sólo hay que tener un desarrollo teórico sino que hay que demostrar con hechos lo que sabemos ha de ocurrir. Para llevar a cabo esta experiencia práctica nos hemos ido al medio rural porque es un medio excedentario en valores sociales y ambientales a la vez que pierde en el financiero. Trabajar con una ecuación monofactor, el financiero, deja en una situación muy complicada nuestro medio rural, crea valores de los que no obtiene retorno alguno a la vez que es objeto de la exportación de costes de generación urban-industrial. Si no cambiamos el tablero de juego, con las fichas que tenemos y las normas establecidas la España ocupada por el capital y vaciada de personas lo tiene complicado para subsistir.
Desde ahí nace ERESS, un centro de creación de empresas sociales rurales que mediante la innovación socio-económica propone nuevos modelos de negocio capaces de conseguir retornos económicos de los valores sociales y ambientales. Una propuesta con las claves del conocimiento libre y la creación colectiva del mismo partiendo de las necesidades de la vida, de las personas y del planeta. Paulo Freire aporta la pedagogía con la que se acompaña el trabajo que las personas que emprenden realizarán durante tres meses de inmersión en un medio que a muchas de ellas no les es propio. Un aprendizaje vivencial y construido desde los conocimientos que ya tienen el medio y las personas. Aprehender haciendo.
Crear empresas sociales desde las riquezas existentes en el medio rural es plantear una posibilidad de recuperar la fortaleza de la aldea para cuidar la vida. Hacerlo de una forma diferente, con las bases de las economías transformadoras introduciendo los tres factores en una ecuación única, sitúa al medio rural como motor del cambio del modelo económico. Transitamos a este medio desde la solicitud de ayuda para no morir a la propuesta de cambio que ha de llevar soluciones al medio rural y al urbano.
El triple valor, el objeto social y ambiental, los bio-territorios, el emprendimiento colectivo, la gobernanza participada, la responsabilidad social colectiva, los comunes, la financiación ética y el consumo responsable, la biodiversidad, el feminismo, los circuitos cortos, la producción agroecológica entre otras herramientas. Son las herramientas que ERESS pone a disposición de la creación de empresas sociales rurales.
La combinación de lo viejo y lo nuevo en la consecución de un objetivo común, facilita procesos de transformación que pueden dar otro tiempo de ejecución y otra dimensión de los resultados.
NITTÚA
Raúl Contreras
Articulo publicado en la revista Wazo de octubre 2020